lunes, 28 de abril de 2025

Tuto y sus cuestiones de sangre


Por Carlos Macusaya

Jorque “Tuto” Quiroga dice que tiene “más sangre indígena” que García Linera, Arce Catacora, Arce Zaconeta…, quienes serían, en sus palabras, “impostores” y “mestizos advenedizos”. Además, afirma que “conforme pase la campaña va ser interesante comparar quien tiene más sangre indígena”; pero también dice, como dándose una patada en los huevos: “tenemos que dejar eso, hay mucho maniqueísmo”, “somos mezcla de sangres” y “todos somos una sola Bolivia”. 

¿Qué relevancia tendría que Tuto tenga más o menos “sangre indígena”? ¿Eso definiría su comportamiento o sus preferencias políticas o matrimoniales? ¡No! De hecho, no exististe ningún tipo de “sangre indígena” (ni blanca) ni los fenómenos sociales se explican por determinaciones de sangre. ¿Se podría explicar, por ejemplo, el accionar contrainsurgente de Mateo Pumacahua contra la rebelión de Tupaj Amaru II, en 1780 y 1781, por la mayor o menor cantidad de sangre indígena? 

Y si “conforme pase la campaña va ser interesante comparar quien tiene más sangre indígena”, ¿se trata de construir un país en función de la sangre? ¿Se harían exámenes de ADN en lugar de censos? ¿Se clasificaría a la población por cuestiones genéticas? ¿Ordenaríamos territorialmente a las personas a partir de ese criterio? ¿Unos tendrían más o menos derechos según su sangre?

Pero luego sale con que “tenemos que dejar eso, hay mucho maniqueísmo”, “somos mescla de sangres” y “todos somos una sola Bolivia”. Es el pretexto de las sangres mezcladas y del ser bolivianos para gambetear, esquivar la producción y reproducción de diferencias sociales (no de sangre), de la riqueza y de las formas de gestionarla.

Políticamente le resulta útil apelar a “más sangre indígena que…”, a “sangres mezcladas” y a “todos somos una sola Bolivia”, que tratar de explicar, por ejemplo, porque en periodos electorales los candidatos usan poncho para congraciare con ciertos segmentos poblacionales, porque salen en fotos con niños racializados como indígenas.

En el fondo, las ideas vertidas por Tuto expresan una forma de entender el país en la que las relaciones sociales serían un efecto secundario de cuestiones de sangre y, por tanto, el orden social sería un orden natural (donde cada quien ocupa un lugar fijo) que debe ser preservado, poniendo en su lugar a los “infractores” a título de que “todos somos una sola Bolivia”.


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