lunes, 3 de marzo de 2025

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Por Wilmer Machaca

Internet ha ido cambiando, y con ello tambiรฉn la forma de interactuar en lรญnea. Desde los foros y comunidades como Taringa, pasando por los primeros chats IRC como mIRC, hasta plataformas mรกs especรญficas como imeem —absorbida luego por Myspace—, muchas de estas primeras formas de interacciรณn han desaparecido o evolucionado. En esa etapa inicial, el anonimato y la falta de personalizaciรณn eran caracterรญsticas comunes.


En Bolivia, las redes sociales comenzaron a ganar popularidad con plataformas como Hi5 o la experiencia regional de Sonico, aunque no se masificaron hasta la llegada de Facebook, que dominรณ durante mรกs de una dรฉcada. Facebook, en todo sentido, es una red social que ha sabido adaptarse, cambiando su interfaz y absorbiendo formatos de otras plataformas. Su รฉnfasis en la imagen, la personalizaciรณn y los vรญnculos familiares o cercanos ha impulsado la interacciรณn, permitiendo conectar con comunidades diversas, reencontrar personas del pasado o formar grupos por intereses laborales, polรญticos o de activismo.


Si hay una tendencia clara en las plataformas digitales, es la personalizaciรณn y la autenticidad —o mรกs bien, una performance de lo que se quiere mostrar—, especialmente en el formato de video corto, donde TikTok domina. Actualmente, es la plataforma mรกs popular en Bolivia, mรกs que una red social, un espacio de consumo y creaciรณn de contenido, inicialmente impulsado por las nuevas generaciones. Sin embargo, ha evolucionado integrando funciones como las “ventanitas”, que recuerdan a las discusiones pรบblicas en plazas, permitiendo diรกlogos sobre cualquier tema. Ademรกs, el streaming ha potenciado aรบn mรกs la plataforma, no solo por la interacciรณn en vivo, sino tambiรฉn por la posibilidad de generar ingresos directos o indirectos a travรฉs de lives o batallas.


Esta personalizaciรณn digital fomenta la individualizaciรณn y debilita lo corporativo. TikTok refuerza esto con algoritmos que promueven contenido hiperpersonalizado, donde la visibilidad no depende tanto del nรบmero de seguidores, sino de la capacidad de conectar en el momento, incluso con miles de personas en un live. Si Facebook visibilizaba comunidades, TikTok ha visibilizado individualidades, brindando un espacio para mostrarse tal cual. Un ejemplo claro son los creadores de contenido LGBTQ+, a quienes denomino “Q’iwa”, que han encontrado en TikTok un canal para expresarse y alcanzar gran popularidad.


En El Alto, han surgido diversos creadores digitales con intereses variados. Una de ellas es la comunidad "Q’iwa", en su mayorรญa de origen aymara. Estos creadores de contenido digital se enfocan en compartir su cotidianidad y actividades econรณmicas. Muchas personas, como Jessica Butrรณn, una mujer trans aymara que vende ropa de chola por TikTok y viaja por toda la regiรณn andina, o Wendy, que comercializa productos, vende comida callejera y pronto abrirรก su brosterรญa, muestran un enfoque mรกs prรกctico y vinculado al comercio. Otros, como Jhona, ademรกs de vender ropa, comparte su talento para el canto en sus redes. Tambiรฉn estรกn figuras como รngel Quispe y Flor de Liz, de la provincia Camacho, quienes realizan lives y batallas, ofreciendo contenido mรกs personal, casi como un reality. Creadores mรกs jรณvenes, como Mayita y Joel, incluyen su relaciรณn en sus transmisiones e interactรบan con su pรบblico. Algunos, como Ken (Cesilio), se han vuelto tan populares que ahora hacen publicidad incluso para instituciones como SEGIP.


Estos creadores de contenido no ocultan su orientaciรณn sexual, la expresan abiertamente, incluso con mucho humor. Hablan desde su cotidianidad, sin adoptar un discurso victimista o vinculado a las narrativas de las ONG. No utilizan lenguaje inclusivo de forma forzada, ya que su contenido se centra en su propio entorno y experiencia, sin intentar encajar en agendas externas. Por supuesto, como sucede en redes sociales, tambiรฉn enfrentan hate y homofobia, pero lo enfrentan con resiliencia. Es una generaciรณn mรกs libre y con menos traumas sociales que las anteriores.


En esta visibilizaciรณn individual, ese espacio de decir y mostrar lo que uno quiere y piensa —que tambiรฉn es muy polรญtico—, la forma de representaciรณn social, como las organizaciones sociales, queda totalmente ajena a estos intereses o vidas. ¿Podrรญan las organizaciones sociales, como la CSUTCB, representar los intereses de las nuevas generaciones o de estas comunidades? Lo dudo, sin que eso signifique que las formas de representaciรณn colectiva hayan perdido importancia; la seguirรกn teniendo. Pero en este mundo, por la forma en que socializamos, mรกs allรก de la calle y el cara a cara, tambiรฉn estรกn las redes sociales, que funcionan como una calle digital, un espacio donde la construcciรณn de las identidades se vuelve mรกs compleja.


Asรญ como para las nuevas generaciones la discusiรณn y manifestaciรณn polรญtica ocurre en las redes digitales, lo mismo sucede en los conflictos sociales y procesos electorales, y esta tendencia seguirรก creciendo, creando sentidos comunes y construyendo nuevas narrativas. La forma tradicional o colectiva de participaciรณn no desaparece, pero tendrรก que adaptarse a esta nueva realidad. En las plataformas digitales, nada desaparece por completo, se transforma: asรญ como YouTube sobreviviรณ a Facebook, Facebook sobrevivirรก a TikTok, porque no todo puede ser un reel o un video corto, al igual que este texto, que quizรก funcionarรญa mejor como un podcast.

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